Radio América. El arquitecto Óscar René Hernández, uno de los diseñadores de la Penitenciaría de Támara, manifestó este viernes que pretender hacer un centro penal en la Isla del Cisne es una “terquedad” y “mero capricho”.
Las declaraciones se dan luego de que ayer durante la instalación de la III Legislatura en el Congreso de la República, la presidenta hondureña, Xiomara Castro subrayara que el recinto de máxima seguridad es un proyecto de “seguridad nacional”..
El diseñador del principal centro penitenciario del país comenzó diciendo que la nación centroamericana acarrea un problema de déficit de espacio físico en la mayoría de los presidios del país con una sobrepoblación del 145 y hasta el 300% en algunos centros.
“Imagínese que si no podemos controlar ni siquiera en tierra firmes los centros penales, que pasará a 250 km de la costa con el tiempo de reacción en una situación de amotinamiento”, expuso el versado.

Hernández ejemplificó que en tierra firme el costo de construcción en el país ronda en promedio los 15 mil lempiras por metro cuadrado y en la isla de Roatán eso puede andar entre treinta y L45 mil.
Tras el comparativo el entrevistado comentó que el proyecto no ha sido debidamente socializado y se da casi por hecho que arrancaría el próximo mes de febrero.
El gobierno ha señalado que el proyecto tendría la capacidad de albergar a unos 2,000 reclusos de alta peligrosidad y que la inversión por cada interno respecto al costo de construcción se estima sea de al menos un millón “no digamos los costos operativos”, agregó.
En ese sentido abundó que el proyecto de una mega cárcel sería más viable en tierra firme, por lo que, considera “no es factible” hacerlo en la isla, además de las implicaciones ecológicas en la zona.
“Hay suficientes espacios y lugares adecuados para poderlo hacer, hay muchas áreas por ser desarrolladas, incluso los penales deberían ser autosustentables. Se puede crear una agroindustria en ellos”, externó.
“Existen formas de abordar la problemática carcelaria y no necesariamente cerrarnos a que tiene que ser en una isla por asuntos de seguridad nacional, quisiera que me expliquen que significa eso”, agregó.
Continuó diciendo que en El Salvador el metro cuadrado de construcción por recluso habría costado alrededor de 43 mil lempiras versus un millón en Honduras por cada interno.
De esa forma enfatizó que el Colegio de Arquitectos de Honduras no está de acuerdo con la idea de la actual administración gubernamental.
“Se han encaprichado que la cárcel debe estar ahí sólo porque fue una promesa de campaña; por cualquier lado que pretenda verlo, es inaceptable”, objetó el profesional de la arquitectura, recordando lo sucedido con el proyecto de Ciudad Mateo.
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