Radio América. El arzobispo de Tegucigalpa, la capital de Honduras, José Vicente Nácher, llamó este martes a orar por las necesidades de la Iglesia y de la humanidad, al recibir el palio arzobispal, un distintivo que solo portan los arzobispos y que es sÃmbolo de la comunión de estos con el Papa.
En una ceremonia solemne, el nuncio apostólico en Honduras, monseñor Gábor Pinter, impuso a Nácher, natural de Valencia (España), la insignia reservada a los arzobispos metropolitanos, que el papa Francisco bendijo en julio pasado.
«Elevemos confiados nuestras súplicas al Padre por las necesidades de la Iglesia y de la humanidad entera», dijo Nácher en el transcurso de una celebración eucarÃstica en la BasÃlica Menor de Suyapa.
El máximo responsable de la Iglesia en Tegucigalpa, de 58 años, pidió a los feligreses que oren por él y por la Iglesia y aseguró que «cada dÃa, ante la Virgen de Suyapa (Patrona de Honduras), yo lo hago por ustedes, esa es mi primera misión».
Señaló que el palio que le ha sido impuesto es «signo de comunión con la sede apostólica», y enfatizó que la comunión con el Santo padre «no es un formalismo, sino algo muy profundo».
«Se ha dicho que este palio es signo de caridad y estÃmulo de fortaleza, oración también», subrayó Nácher, quien tomó posesión como nuevo arzobispo de Tegucigalpa el pasado 25 de marzo.
El palio es una banda de lana virgen de seis centÃmetros de ancho, cosido de forma circular y que se coloca sobre los hombros de los arzobispos.
Cuenta, además, con dos tiras de lana que cuelgan sobre el pecho y la espalda y está adornado con seis cruces bordadas en seda negra.
Se trata de un distintivo litúrgico cuyos orÃgenes se remontan al siglo IV y que es sÃmbolo de la comunión que existe entre los arzobispos y el obispo de Roma, además de significar la misión de los obispos como «Buen Pastor» que lleva en hombros a sus ovejas.
Nácher fue ordenado sacerdote en 1991, es licenciado en SociologÃa por la Universidad de Alicante y en FilosofÃa y TeologÃa por la Facultad de TeologÃa de Cataluña.
El cura español pidió buscar «la esperanza y dignidad de esta tierra y que algún dÃa podamos recibir juntos el premio de la inmortalidad y la gloria, ni más ni menos».
Los feligreses y religiosos presentes en la BasÃlica Menor de Suyapa celebraron con aplausos la imposición del palio al arzobispo capitalino. EFE