Radio América. En la homilÃa dominical oficiada desde la BasÃlica Menor de Suyapa, el cardenal Oscar Andrés RodrÃguez Maradiaga, enfatizó sobre el agua de la vida al citar el pasaje bÃblico donde Jesús le dijo a una mujer samaritana que le diera de beber.
En el contexto del tercer domingo de cuaresma el lÃder religioso expresó, «si conociéramos el don de Dios. Jesús le revela a aquella mujer de que el verdadero pozo para apagar la sed no es el pozo de Jacob, sino su propio corazón».
El purpurado prosiguió expresando que son muchos los pozos que se ofrecen a la sed del ser humano, «pero conviene evitar las aguas contaminadas, es urgente orientas nuestra búsqueda para no caer en el vacÃo, en la frustración y en el sin sentido», aconsejó.
«El Señor nos ofrece hoy una relación con cada uno de nosotros y necesitamos dejarlo entrar en nuestras vidas», subrayó el cardenal en la vÃspera de la celebración de la Semana Santa.
Mencionó que todos los seres humanos tienen sed inmensa que nadie puede saciar. «La sed es el deseo más profundo de nuestro corazón, tenemos sed del agua de verdad, de seguridad, de amor y del sentido de la vida eterna», expresó el jerarca de la Iglesia Católica de Honduras.
«No sigamos buscando agua en las cisternas agrietadas del poder y placer sin reglas morales, del tener y acumular, hay un vicio horrible que se llama la codicia una sed insaciable de tener y acumular cosas y dinero», exhortó RodrÃguez Maradiaga, en la misa dominical.
«Cuántos de ustedes como yo conocemos gente que acumula, pero después tienen que dejarlo todo el dÃa que el Señor nos llama. De qué tenemos sed, ¿buscamos verdaderamente de la vida eterna? Donde está tú tesoro, ahà está tú corazón nos dice Jesús», preguntó el prelado.
Hablando de lo terrenal, el obispo mostró tristeza al señalar que en los barrios y colonias más pobres de la ciudad capital la gente tenga que comprar el agua a las cisternas.
«Bendice a nuestra Honduras, que no sigamos buscando pozos tan agotados, que entendamos de que el tener es para compartir, que el poder es para servir, y que asà también podamos darle de beber a Jesús lo mejor que tenemos, paz y sed de su voluntad para que sea nuestro alimento», concluyó el Cardenal.
Información: Rony SalinasÂ
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