Radio América. El pueblo hondureño se ha visto sorprendido este jueves con el anuncio oficial de la primera muerte por coronavirus en el país, territorio centroamericano en donde el virus ya deja en dos semanas 52 casos positivos de la enfermedad.
Se trata de un hombre de 60 años de edad, con una cardiopatía, el cual era originario del municipio de Villanueva, Cortés, quien expiró la noche del miércoles a las 10:40 p.m en una sala de aislamiento del hospital Leonardo Martínez de San Pedro Sula.
Ante la infausta noticia surgen cientos de preguntas sobre los protocolos de bioseguridad a seguir en el caso de pacientes fallecidos por dicha enfermedad.
El infectólogo hondureño, Tito Alvarado, comentó al respecto manifestando la importancia de omitir las tradiciones fúnebres.
“Es importante que no exista vela y que se entierre a la víctima lo más pronto posible”, sugirió el especialista.
Tito comentó que si el paciente expiró en un lecho hospitalario la indumentaria como sábanas, ropa y sondas deben ser depositadas en doble bolsa amarrada para su desecho seguro.
“No podemos darnos el lujo que vaya transmisión indirecta”, agregó.
Más detalles
Otros funcionarios del ramo sugieren que los cuerpos deben ser desinfectados y colocados en una bolsa sellada por trabajadores médicos como corresponde.
Las bolsas con el cuerpo al interior y el féretro no pueden ser abiertas luego de cerrarse, pues éstas deben ser etiquetadas con los datos personales y la foto del occiso.
Los entes sanitarios del país se estarían apegando a lo establecido por todas las naciones europeas para que las personas muertas por COVID-19 no sean veladas por sus familiares debido al alto riesgo de contagio.
Velorios o cremación
Se considera prudente que los cuerpos deben ser enterrados a tres metros de profundidad o más para seguridad de la zona, dejando de lado la normalidad de los dos metros.
En China, país foco del coronavirus, las autoridades establecieron que los restos de los pacientes fallecidos por esa causa deben ser incinerados en las cercanías de donde se reportó su deceso.
En torno al tema del sepelio también fue consultado el alcalde de Villanueva, el doctor Walter Perdomo.
Lo recomendable, comentó, sería enterrarlos el mismo día o cremarlos, pero estas prácticas van contra la idiosincrasia y contra los principios de la familia cristiana. Sin embargo Salud pública deberá decidir al respecto.
Pero se habla que las autoridades del ramo harían una excepción al respecto permitiendo la introducción del cuerpo a un féretro con todas las medidas de higiene posible.
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