(Radio América)- Edwin Francisco Aguilar, es un joven padre de familia que decidió dejar su lugar de origen en Pespire, Choluteca y emprender un pequeño negocio como “Vendedor de Frutas Migrante”. Sin empleo y ninguna forma para salir adelante este joven decidió viajar a la capital de Honduras para buscar una forma de suplir las necesidades básicas de su familia.
«Allá no había un empleo y no había forma de darle a mis hijos lo que ellos necesitaban y se me presentó la oportunidad de viajar y conocí amigos que estaban metidos en esto y me involucraron me gustó y luego me quedé y estamos en esto, seguiré hasta que vida tenga» comentó.
Fue así como después de un tiempo una esquina de la colonia Rubén Darío de Tegucigalpa ubicado frente a un famoso gimnasio, Francisco Aguilar sin importar las inclemencias del clima mantiene una sonrisa y el mejor trato para sus clientes a los que provee de frutas de la temporada.

«Es una larga historia para llegar donde he llegado porque teníamos problemas con la municipalidad eramos vendedores migrantes en este sector aprovechábamos horas para entrar y salíamos corriendo cuando los mirábamos y perdimos mucha fruta, pero gracias a Dios todo se arregló y estamos aquí dandole gracias a Dios siempre», relató Aguilar.
Este jovial vendedor tiene un horario desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde pero su rutina no termina allí, cuando este hondureño emprendedor no está vendiendo se dedica a seleccionar el mejor producto para su negocio.
El proceso de la fruta
«Yo selecciono la fruta, no la trigo muy madura una por una porque me gusta traer un buen producto porque si se me arruina yo sería el perdido y esta es una inversión de dinero», explicó Aguilar.
Además, Aguilar comentó que cuentan con gran cantidad de frutas pero lo poco que vende es con el mejor servicio y amabilidad, así que los que busquen comprarle no se arrepentirán.
«A veces trabajamos al crédito, conseguimos esa facilidad con los dueños de las bodegas, por momentos invertimos a diario o dependiendo de las ventas, de lo que vedemos vamos comprando, así es esto de lo que uno vende se saca hasta para lo que necesita la familia pagamos agua, luz y de allí sale», detalló.
La familia «migrante»
Por ahora, Aguilar tiene 4 hijos y uno en camino ya que su esposa está embarazada, sin embargo este padre responsable asegura que su descendencia es una bendición.
«Los hijos son una bendición mi esposa ha salido embarazada planificando y en nuestras cuentas tendríamos 3 pero se vinieron 5 y hay que agradecer a Dios y seguimos luchando día a día pero siempre adelante», dijo con optimismo.
Este hondureño creció en una pequeña aldea en el sur del país con su madre misma que enseñó a este luchador el valor del trabajo.
«Yo me crecí solo con mamá así desde muy pequeño aprendí a trabajar, he trabajado en el campo, agricultura y hasta en cortes de café he andado», comentó.
Trabajo, esfuerzo y amabilidad son palabras que definen a Edwin Francisco Aguilar, nuestro emprendedor de la semana.
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