EFE-Radio América. La ola de violencia que vive El Salvador desde el viernes se cobró la vida de 11 personas más el domingo, pese a la vigencia de un estado de excepción y la masiva captura de supuestos pandilleros, según informó esta madrugada la PolicÃa Nacional Civil (PNC).
Un total de 87 salvadoreños fueron asesinados en las calles de El Salvador desde el viernes, de los que solo el sábado se registraron 62 homicidios, la cifra más alta en la historia reciente del paÃs en un solo dÃa.
Las autoridades no ha explicado las razones de esta escalada, que se atribuye a las pandillas, principalmente a la Mara Salvatrucha (MS13).
La PNC reportó 576 personas detenidas «por el alza de asesinatos», quienes a raÃz del estado de excepción podrán estar bajo arresto administrativo por 15 dÃas y sin el derecho a la defensa por los 30 dÃas que estará vigente la medida extraordinaria.
«Casi 600 capturas en solo DOS dÃas… Y el RÉGIMEN DE EXCEPCIÓN dura 30 dÃas, prorrogables! Y no crean que saldrán libres», publicó el presidente Nayib Bukele en Twitter la noche del domingo.
Más temprano, Bukele ordenó al director general de Centros Penales, Osiris Luna, que «decrete nuevamente emergencia máxima en todos los penales de seguridad y máxima seguridad», para que estén «todas las celdas cerradas 24/7».
«Mensaje para las pandillas: por sus acciones, ahora sus ‘homeboys’ (compañeros) no podrán ver ni un rayo de sol», publicó el mandatario.
Luna respondió en Twitter que «inmediatamente se cumple la orden, estos criminales NO verán la luz del sol».
En anteriores crisis de asesinatos, Bukele ha ordenado la misma medida y esta ha afectado, según denuncias de organizaciones humanitarias, a presidiarios que no pertenecen a las pandillas.
Luna es uno de los dos funcionarios sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por supuestamente facilitar y organizar «varios encuentros secretos con la participación de lÃderes de pandillas encarcelados».
«Estos encuentros formaron parte de esfuerzos del Gobierno de El Salvador para negociar una tregua secreta con lÃderes de pandillas», apuntó EE.UU. en un comunicado en diciembre pasado.
Bukele también escribió en la referida red social que «si la ‘comunidad internacional’ está preocupada por sus angelitos, vengan y traÃganles comida, porque yo no le quitaré presupuesto a las escuelas para darle de comer a estos terroristas».
«Vamos a racionar la misma comida que se da ahora y de ahà comerán los nuevos también», agregó.
Esta no es a primera vez que un Gobierno salvadoreño busca combatir a las pandillas con detenciones masivas, en el pasado lo hicieron los expresidente Francisco Flores (1999-2004) y ElÃas Antonio Saca (2004-2009) con sus planes Mano Dura y Súper Mano Dura.
Esta crisis de criminalidad se dio en momentos en los que el Gobierno tiene a más de 16.000 soldados y más de 22.000 policÃas en labores de seguridad, y además cuenta con el respaldo incondicional del Parlamento, que le aprobó 109 millones de dólares para su plan de seguridad.
También tiene a magistrados en la Corte Suprema de Justicia y al fiscal general, Rodolfo Delgado, que se han mostrado cercanos a su gestión.
Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados desde su surgimiento en el paÃs. EFE