Un millón y medio de exconvictos en Florida comenzaron a registrarse para votar a partir de este martes, gracias a que los electores decidieron en noviembre acabar con una arcaica ley estatal que prohibÃa el derecho al sufragio, para siempre, a todo el que tuviera antecedentes penales.
«¡Quiero llorar!», dijo, en efecto llorando, Yraida Guanipa, una exconvicta de 57 años que ahora dirige una ONG -YG Institute- que ayuda a otros «ciudadanos retornados», como prefieren llamarse, a reinsertarse en la sociedad.
Acababa de salir de la oficina del Departamento de Elecciones del condado de Miami-Dade, donde se registró para votar a primera hora de la mañana después de nueve años de lucha por recuperar este derecho.
«Estoy nerviosa, estoy muy emocionada, ¡creo que tengo todos los sentimientos!», dijo a la funcionaria que la atendió en la ventanilla.
Guanipa salió de prisión en 2007 después de haber pasado casi 12 años presa por una condena vinculada a la distribución de drogas.
El 6 de noviembre Florida aprobó la enmienda 4, que restableció el derecho al voto a 1,4 millones de exconvictos que ya cumplieron su sentencia, incluyendo el perÃodo de libertad condicional o trabajos comunitarios, y que no cometieron delitos sexuales ni homicidio.
Se trataba de la mayor población de adultos inhabilitados para votar, debido a una polÃtica de hace 150 años que en los hechos afectaba más a las comunidades negra e hispana.
«No me sentÃa como un ciudadano completo, me sentÃa como un ciudadano de segunda clase», dijo Daniel Torna, un analista financiero que también fue a registrarse apenas abrió la oficina de Miami.
Torna, de 38 años, quedó inhabilitado electoralmente en 2007 por un delito vinculado a las drogas. Pasó menos de un año en prisión, salió en libertad condicional y cumplió su sentencia en 2010.
«Yo pago mis impuestos, soy activo en la universidad, trabajo, voy a la universidad, hago todo lo que hacen los demás, pero no podÃa votar ni decidir quién representa mis intereses», añadió Torna.

– Regreso a la ciudadanÃa –
Desmond Meade, presidente de Coalición para el Restablecimiento de los Derechos de Florida -la organización que impulsó la enmienda-, dijo en un comunicado que espera que en pocos dÃas cientos de miles de exconvictos se registren para votar, presencialmente o por internet.
«El camino de regreso hacia una ciudadanÃa responsable ha sido uno de los mayores desafÃos de mi vida, y la lucha para tener acceso a la democracia para mà y para más de un millón de floridanos ha sido larga», comentó.
En Florida, 10% de la población adulta -incluyendo uno de cada cinco afroestadounidenses- no podÃa votar por esta restricción que data del perÃodo inmediatamente posterior a la Guerra Civil.
En aquella época, frustrados porque el Congreso de Estados Unidos habÃa forzado a todos los estados a garantizar los derechos civiles de los antiguos esclavos, los legisladores de Florida optaron por impedir el voto a los exconvictos, un número desproporcionado de los cuales eran negros.
«Los legisladores, especialmente los del Sur, implementaron una serie de leyes criminales diseñadas para encarcelar a ciudadanos negros», escribió Erin Kelley, experta en derechos electorales del Brennan Center for Justice de la Universidad de Nueva York, en un informe de 2017.
Por esto, los detractores de la inhabilitación acusaban a esta ley de ser racista desde su origen.
En todo el paÃs, seis millones de personas no pueden votar porque cometieron un delito. La mayor parte de ellos estaban en Florida, un estado clave a la hora de decidir quién habitará la Casa Blanca.
Si el restablecimiento del derecho al voto beneficiará a los demócratas o republicanos, está por verse. Por lo pronto, Guanipa se inscribió como independiente y Torna se afilió al partido Demócrata.
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