(AFP) – Los 23 migrantes guatemaltecos, incluidos dos niños, que murieron al volcarse el camión en el que eran transportados clandestinamente por una carretera del estado mexicano de Chiapas habÃan salido de su paÃs el 4 de marzo e ingresado a México de manera irregular con el sueño de llegar a Estados Unidos.
El accidente, en el que otros 33 guatemaltecos resultaron heridos, ocurrió al caer la noche del jueves en el municipio de Soyaló, en una carretera secundaria con escasa vigilancia policial.
Tras conocer la noticia del accidente, familiares de las vÃctimas se trasladaron a territorio mexicano para identificar a sus seres queridos y reclamar sus cuerpos.
Las familias que han llegado a Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, narran que unos se enteraron del accidente por las noticias en internet, otros fueron avisados vÃa telefónica y por mensajes.
«Estamos brindando todo el apoyo a las familias de los guatemaltecos que fallecieron en (el) lamentable accidente», dijo el presidente guatemalteco Jimmy Morales en un tuit. «He instruido a las autoridades de CancillerÃa que brinden la asistencia que se requiera. Lamento mucho el hecho, mis condolencias a sus familiares.»
Mueren 25 migrantes centroamericanos en accidente vehicular en sur de México
– El fin de un sueño –
La primera en llegar al servicio forense fue Martha Cardona. Su esposo Roldan Alberto López Estrada, campesino de 27 años del Departamento de San Marcos, era el único de los fallecidos que estaba plenamente identificado.
Roldán habÃa llamado a su esposa para despedirse el jueves, un par de horas antes del accidente.
«Yo no querÃa que se fuera, volvà a decirle y le pedà que regresara, pero no me escuchó, se le habÃa metido en la cabeza irse. Él llevaba su identificación, también habÃa escrito con un plumón su nombre en la suela de sus tenis», dice Martha en medio del llanto.
Su esposo y un amigo decidieron emprender el viaje en busca del sueño americano tras pagar unos 11.000 dólares a un «coyote» (traficante).
Catarino Cash llegó a reconocer el cuerpo de su hijo Félix, a quien le faltaban unos dÃas para cumplir los 18 años y viajaba con varios amigos. Su destino era Atlanta, donde le habÃan prometido que le buscarÃan empleo. Pagaron miles de dólares para recorrer México y faltaba más para que los cruzaran a Estados Unidos.
«Nos pidió dinero sólo para que lo llevaran hasta la frontera, para pasarlo serÃan otros 10 mil dólares», relata entre lágrimas Catarino, y agrega que tendrá que pagar la deuda contraÃda.
Otras familias recorren los hospitales a donde fueron llevados los 33 heridos con la esperanza de encontrar a hijos, hermanos, cónyuge, amigos.
– El chofer habrÃa huido –
El chofer del camión «no se encontró», y testigos indicaron a las autoridades que cómplices que viajaban en otro vehÃculo lo ayudaron a salir de la unidad y se dio a la fuga.
El director de emergencias de la Cruz Roja local, Isidro Hernández, estimó que en el camión de carga viajaban unas 80 personas, varias de las cuales podrÃan haber huido tras resultar ilesas.
Se estima que anualmente alrededor de medio millón de centromericanos se internan ilegalmente en México huyendo de la violencia y la pobreza con el objetivo de buscar una vida mejor en Estados Unidos.
Muchos de ellos han empezado a viajar en masivas caravanas como medida de seguridad ante el largo y peligroso camino, mientras otros contratan los servicios de traficantes de personas que suelen trasladarlos en camiones en cuyo interior viajan hacinados y sin condiciones de salubridad.
En octubre del año pasado, una caravana que llegó a sumar unos 7.000 migrantes viajó de Honduras hasta Tijuana, vecina de Mexicali, California.
México puso en marcha un programa de entrega de visas humanitarias que permiten a los migrantes permanecer en el paÃs, acceder a un trabajo y a servicios de salud y educación.
Se otorgaron unas 12.000 visas pero el 28 de enero se suspendió este programa.
© Agence France-Presse