26 de Septiembre 2024 – Tegucigalpa, Honduras. Reciente informe de percepción pública revela un incremento significativo en el apoyo de los hondureños hacia las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), con un 72.1% de la población considerando estas zonas como una solución viable para combatir el desempleo que afecta a más de dos millones de personas en el país. Esta cifra representa un aumento de 12 puntos porcentuales con respecto a 2023, cuando el apoyo era del 60%.

El sondeo, realizado por la firma encuestadora MacroDato, destaca que el 75% de los hondureños cree que si hubiera más empleos en sus comunidades, menos personas optarían por emigrar. Este porcentaje refleja un crecimiento notable frente al 63% registrado en octubre de 2023, lo que indica un creciente optimismo hacia las oportunidades laborales locales.

Asimismo, el informe subraya que el 71.6% de los encuestados apoya el desarrollo de terrenos baldíos para la construcción de complejos industriales que generen empleo y mejoren la calidad de vida. En este sentido, los datos sugieren que las ZEDE podrían jugar un papel crucial en la creación de empleos y en la reducción de la migración.

Sin embargo, la encuesta también reveló un alto desconocimiento sobre las cifras de desempleo y la situación de los jóvenes «NINIs» (que ni estudian ni trabajan) en el país. El 54.8% de los hondureños no sabe que más de dos millones de compatriotas enfrentan problemas laborales, mientras que el 50.5% desconoce que hay 971,000 jóvenes en esta situación.

Uno de los datos más relevantes es que el 56.3% de los hondureños estaría dispuesto a trabajar en una ZEDE, siempre que se le garanticen mejores condiciones laborales. Además, el 58.2% de la población reconoce que las ZEDE han contribuido significativamente a la generación de empleo en las áreas donde están ubicadas.

A pesar del apoyo creciente, el futuro de las ZEDE sigue siendo un tema de debate. El 40.9% de los encuestados espera que Próspera ZEDE, en Roatán, crezca y se expanda en los próximos cinco años, mientras que un 24.5% anticipa su reducción o eliminación.
Esta división evidencia la necesidad de un diálogo más amplio y de políticas claras para asegurar su desarrollo y aceptación pública.