VOA- La administración del presidente Joe Biden calcula que cada año más de 13.000 millones de dólares se esfuman de las arcas públicas de los países del Triángulo Norte de Centroamérica producto de la corrupción endémica en esa región.
Los costos de ese flagelo se trasladan a la inseguridad ciudadana, deficiencias en atención de salud y educación, además de fomentar las migraciones irregulares, dijo Ricardo Zúñiga, enviado especial de EE. UU. para el Triángulo Norte, aludiendo al mensaje del secretario de Estado Antony Blinken, a los cancilleres de esos países en su visita de esta semana.
Zúñiga emitió estas declaraciones en la presentación del Centro contra la Corrupción e Impunidad en el Triángulo Norte (CCINOC), impulsada desde la sociedad civil.
“La corrupción le cuesta a Centroamérica más de 13.000 millones de dólares cada año, o sea la mitad del Productor Interno Bruto (PIB) de Honduras, o dos veces la cantidad de remesas anuales que llegan a El Salvador; estos 13.000 millones podrían ser usados para la salud, la educación y la seguridad… cuando faltan buenas condiciones en casa los ciudadanos obviamente las buscan en el exterior”, acotó el funcionario.
Zúñiga saludó el esfuerzo de unas 10 organizaciones de la sociedad civil en Centroamérica y Estados Unidos que se han decidido combatir la corrupción desde CCINOC presentado este jueves en un evento convocado por la Fundación Internacional Seattle, en el estado de Washington.
El enviado especial Zúñiga aseguró que Estados Unidos tiene claro el compromiso de trabajar con las víctimas de la corrupción en esos tres países, para los que la nación norteamericana proyecta una donación de 4.000 millones de dólares en los próximos cuatro años, cuya finalidad es revitalizar la economía y reducir con ello las causas de la migración irregular.
“Sentimos los efectos de esa corrupción aquí en Estados Unidos, por eso hemos de trabajar de cerca con socios valientes que han trabajado contra este flagelo”, agregó.