Radio América. El precandidato presidencial del Partido Liberal, Salvador Nasralla, este jueves reaccionó a la advertencia de la mandataria Xiomara Castro, que si el Gobierno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, hace deportación masiva de hondureños la base militar en territorio hondureño no tendría razón de existir.
‘Grave error’
En ese contexto el exdesignado presidencial expresó que, «uno puede amenazar a alguien de su mismo calibre, pero hacerlo siendo un pulgarcito (país pequeño-Honduras) contra una potencia mundial (Estados Unidos), pues se comete un gran error”.
«Es cierto que la base militar de Palmerola es importante para Estados Unidos, pero nosotros hemos sido por 200 años dependiente de Estados Unidos, entonces no se puede pelear con el que te ha protegido», declaró el entrevistado en Radio América.
Nasralla también señaló que la base militar en Palmerola ha servido para la soberanía nacional al soslayar que Honduras es super débil en cuanto a sus Fuerzas Armadas, especialmente con las últimas personas que han llegado a dirigir a la institución castrense por dinero y políticas.
Por lo anterior, el entrevistado aseveró que tener una base militar estadounidense evita que un país vecino se atreva a invadir a Honduras quitándole por ejemplo una isla en el Golfo de Fonseca.
En ese contexto Nasralla expresó que la medida que pretenden los (asesores venezolanos, cubanos y algún hondureño) que escribieron el discurso a la presidenta Castro, «les recomiendo que no se metan a pelear con un gigante como (Estados Unidos) porque los aplasta con el zapato y los hace desaparecer. Ni siquiera tenemos el petróleo de Venezuela», añadió.
Deportaciones
Sobre las amenazas de deportaciones, el aspirante a la Presidencia de Honduras indicó que congresistas del partido de Donald Trump ofrecen un «plan de dignidad», por lo que Xiomara Castro antes de meterse en líos, debe preguntar de qué se trata el plan que permitirá a la gente sin documentos trabajar sin ser perseguida en Estados Unidos.
Para finalizar Nasralla sugirió a las autoridades del gobierno hondureño ir a Estados Unidos a renegociar un Tratado de Protección Temporal mejor conocido como TPS con personas normales, y que entiendan que China y Rusia no les va a ayudar, y que tampoco hagan el papel de ‘vendedores de la patria’.
Xiomara Castro
«Frente a una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar, en el que sin pagar un centavo por décadas mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda la razón de existir en Honduras», dijo Castro en un mensaje en cadena nacional de radio y televisión dirigido a sus compatriotas con ocasión del nuevo año.
Estados Unidos mantiene una base en Palmerola, en el centro de Honduras, que construyó a inicios del decenio de 1980 y en la que permanecen unos 400 militares.
La base le sirvió a EE.UU. para sus operaciones contra el comunismo en Centroamérica en plena guerra fría.
Trump prometió desde la campaña una deportación masiva de inmigrantes ilegales que comenzaría el próximo 20 de enero, cuando empieza el nuevo Gobierno estadounidense, como ya aseguró Tom Homan, considerado el ‘zar de la frontera’ de la nueva Administración.
Diálogo
Castro indicó este miércoles que espera que el nuevo Gobierno de Trump «sea abierto al diálogo constructivo y amistoso, que no tome represalias innecesarias contra nuestros migrantes que por norma hacen un gran aporte a la economía norteamericana».
Según autoridades de Tegucigalpa, más de un millón de hondureños, entre residentes legales e indocumentados, viven en Estados Unidos, y 280.000 nacionales están en lista de deportación.
Las remesas familiares que envían los emigrantes hondureños representan alrededor del 25 % del producto interno bruto (PIB) de Honduras. El 90 % de ellas proceden de EE.UU. y se han constituido en uno de los principales sustentos de muchas familias hondureñas.
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