Radio América. El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, expuso esta mañana de sábado en la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que existe un “tsunami” de falsos testimonios de narcotraficantes en las Cortes de Estados Unidos (EEUU).
El mandatario manifestó que se está presenciando un perjurio sistemático a gran escala, “no es solo un resultado predecible de las contradicciones que estamos viendo”.
Además, mencionó que hay pruebas irrefutables que fueron recabadas por una importante entidad federal que se encarga de combatir el tráfico y el consumo de drogas en Estados Unidos.
En ese sentido, aludió que existen grabaciones de narcotraficantes realizadas en secreto por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y presentadas en los tribunales de Estados Unidos que refutan y desenmascaran directamente los falsos testimonios realizados por los narcotraficantes como testigos cooperantes en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
Seguidamente dijo que la DEA realizó grabaciones secretas en 2013 a los mismos narcotraficantes que hace muy poco brindaron “falsos testimonios” en la Corte de Nueva York.
“-Los narcotraficantes- dijeron en 2013 que tenían un acuerdo, así lo dicen a hora, con el entonces candidato Juan Orlando Hernández, por supuesto que no es cierto, nunca tuvieron ningún trato ni protección de nuestra parte, lo cual ya debería ser obvio porque estos narcos y sicarios están en la cárcel como docena de su clase y ahora con las grabaciones secretas de la DEA, el mundo sabe que desde la cárcel están mintiendo a la Corte de EEUU”, amplió.
Según Hernández, las grabaciones dibujan una escena de esta “dramática contradicción” con la narrativa de los medios de comunicación que indicó, a veces se basan completamente en esos “falsos testimonios”.
El gobernante insistió que las grabaciones de la DEA revelan la realidad de los hechos, que los narcotraficantes están frustrados por la incapacidad de acercarse en aquel momento a su persona, quejándose entre ellos que “yo no era alguien con quien pudieran tratar y que era súper arisco, hasta discutieron asesinarme”.
De hecho, señaló que todas las personas de las grabaciones terminaron en cárceles estadounidenses apuntando que lo único que les queda por hacer ahora es comparecer ante el tribunal, esposados, dando falsos testimonios y esperando ser recompensados por sus “mentiras” o al menos tener la satisfacción de venganza.