MarÃa RamÃrez, una campesina de 48 años que cuida un huerto casero de legumbres y verduras en una aldea de Guatemala, confiesa que lo hace para mitigar el hambre provocado por las sequÃas en la cuenca del contaminado rÃo Lempa, que fluye por su paÃs, Honduras y El Salvador.
«No llovió, la gente sembró su pedacito de milpa, no sirvió la milpa», dice con resignación esta mujer, quien vive con su compañero y cinco hijos en la aldea Tontoles RancherÃa, en el este de Guatemala, donde los cafetales son la única fuente de empleo temporal.
De piel trigueña y estatura mediana, MarÃa cuida sus cultivos de rábanos, repollo, mostaza y de plantas aromáticas como el cilantro.
MaÃz y frijol forman la dieta básica de subsistencia de las 45 comunidades adyacentes al Lempa, que se extienden en una superficie de 7.541 km2 dentro del corredor seco centroamericano, y donde las condiciones climáticas fueron desfavorables con precipitaciones por debajo de lo normal, lo que redujo la producción de alimentos.
«Aquà uno sufre, ya que no hay trabajo» y con la sequÃa el maÃz se compró «carÃsimo», resume RamÃrez mientras cocina frijoles en una hornilla de leña a un costado de su pequeña casa de adobe, piso de tierra y techo de lámina.
MarÃa cuenta que «cuando halla (alimentos) uno arregla (cocina), cuando no, no arregla nada».
Como ella, miles de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños de la llamada cuenca del RÃo Lempa forman parte de un alarmante informe titulado Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria revelado por la Mancomunidad Trinacional Fronteriza.
– Peligro de hambruna –
«Estamos caminando hacia la hambruna, ese es el dato importante» sobre la seguridad alimentaria, declaró el gerente de la Mancomunidad, Héctor Aguirre, al presentar el informe en Guatemala.
La variabilidad climática y la contaminación del rÃo Lempa generada por las descargas de aguas residuales de los municipios y las derivadas del procesamiento del café son los principales factores que inciden en la falta de alimentos.
El estudio incluyó los municipios de la cuenca del rÃo Lempa de los tres paÃses, donde hay una población de 403.000 personas, de las cuales 93.000 se encuentran en situación de emergencia alimentaria (23%), 105.000 (26%) en tránsito hacia la emergencia, y 205.000 en riesgo mÃnimo.
«La desnutrición aguda ha permanecido estable» en todas las microrregiones analizadas, no obstante, en algunas zonas de Honduras «se han reflejado incrementos en comparación con perÃodos anteriores», advierte el estudio.

– Imparable contaminación –
La cuenca del rÃo Lempa, la mayor de las vertientes del PacÃfico y la única trinacional en Centroamérica, es la más contaminada  del istmo y cada año resiente la muerte de sus especies por las aguas del procesamiento del café.
Descontaminar el rÃo requerirÃa «millonarias inversiones» que se podrÃan tramitar mediante un plan con el Fondo Verde del Clima, aseguró la alcaldesa del municipio ribereño de Candelaria de la Frontera, Yanet Rivera.
La Mancomunidad Trinacional estima que solo los estudios sobre plantas de tratamiento de aguas residuales exigen una inversión de 15 millones de dólares, y su construcción costarÃa entre 300 y 500 millones de dólares.
«El rÃo Lempa respirarÃa si logramos que Estados y gobiernos locales desarrollen una inversión para el tratamiento de aguas negras, junto a una inversión del sector privado para reconvertir la industria del café en amigable al medio ambiente», estimó Héctor Aguirre.
El estratégico rÃo tiene una extensión de 422 km2, de los cuales 30,4 km (7,2%) transcurren por territorio guatemalteco, 31,4 km (7,4%) por Honduras y 360,2 km (85,4%) por El Salvador.
– Beneficio amigable –
Mientras aumentan las denuncias sobre las descargas de aguas mieles (residuales) sobre el Lempa, en la aldea guatemalteca de San Nicolás de Esquipulas, la finca cafetera El Cascajal estableció un beneficio industrializado libre de contaminación, con una inversión compartida con la cooperación de Holanda.
El beneficio de El Cascajal procesa a diario 8.000 quintales de café con un tratamiento industrial de recirculación de aguas que finaliza en una planta que la convierte en gas y energÃa, explicó a la AFP Luis MartÃnez, un ingeniero ambiental que administra la finca.
El Cascajal es una iniciativa emblemática de Guatemala y forma parte del Proyecto de Generación de EnergÃa a través de los residuos de Café en Centroamérica que fue instalado por una empresa costarricense.
El propietario de El Cascajal, Amado Palencia, dice que «lo único que se siente en esto es la conciencia tranquila de que uno está rompiendo un esquema en contaminación que se ha venido dando por muchos años».
Palencia invierte un dólar por quintal para dejar de contaminar, pero para obtener una retribución espera «mejores tiempos» en los precios internacionales del café.
Producto del esfuerzo que realiza, Palencia se declara gratificado de contar con sellos de certificación de Starbucks, UTZ, Rainforest Alliance y 4C que garantizan la calidad de sus cultivos.
© Agence France-Presse
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